Historia de Lladró

 

En 1953 los hermanos Juan, José y Vicente Lladró elaboran sus primeras creaciones con una vocación experimental en un horno moruno construido en su propia casa natal, en Almàssera (Valencia). De esta manera dan salida a su inquietud artística mientras trabajan en una fábrica de azulejos y vajillas. Estas piezas, cuidadosamente concebidas, ya poseen un encanto especial que despierta el interés del público.

 

A mediados de esta década, empiezan a realizar esculturas en las que se puede apreciar una clara influencia de las tendencias del setecientos. Estas piezas evocan las obras de las manufacturas de porcelana del pasado, como Meissen, Sèvres o Capodimonte.

En 1958 Juan, José y Vicente deciden dedicarse exclusivamente a sus propias obras y trasladan su pequeña empresa a una nave en la población vecina de Tavernes Blanques, puesto que el taller familiar se ha quedado pequeño. La demanda de las creaciones Lladró adquiere dimensiones inesperadas. Los hermanos introducen innovaciones no sólo en el diseño y el estilo de las figuras sino también en las técnicas de cocción, consiguiendo reducir la cochura de tres etapas a una.


A finales de esta década, Lladró abre una tienda en Valencia a la que seguirán dos más, en pocos años.

En estos años se incorpora la palabra «Spain» al logotipo de Lladró como claro indicador de la vocación exportadora de la empresa. En 1965 Lladró exportaba parte de su producción a Canadá y se empezaba a introducir en los Estados Unidos, donde viajarán los hermanos por primera vez en 1969.

En los 80 los hermanos Lladró abren las puertas de su empresa al futuro y dan la entrada de tres de sus hijos en el Consejo de Administración.

 

Por otra parte, esta década supone la expansión internacional de Lladró en diversos países donde sus creaciones de porcelana son muy apreciadas. En 1986 la empresa firma un acuerdo de Joint Venture con el grupo Mitsui, que hasta entonces era el distribuidor de sus figuras en Japón, y como consecuencia de esta alianza surge la filial en este país, a la que seguirán China, Australia, Estados Unidos y Reino Unido. El 18 de septiembre de ese año se inaugura el Museo Lladró de Nueva York, situado en la exclusiva calle 57 de Manhattan, un edificio que conserva el encanto urbanístico de los años 20.

 

Los noventa confirman el éxito de la trayectoria artística y profesional de los hermanos Lladró, cuyas obras recibirán importantes galardones y se expondrán en varias ciudades de todo el mundo.

En un espacio de diez años Lladró recibe los máximos reconocimientos a su trayectoria profesional: los Premios Príncipe Felipe a la Internacionalización (1993), a la Competitividad (1997) y a la Gestión de Marca Renombrada (2001). Tres galardones que los hermanos recogen de manos del Príncipe de Asturias y que suponen un hito para la empresa.

 

En 1991 el Museo Hermitage de San Petersburgo, considerado una referencia en arte en el mundo, acoge una exposición de esculturas de Lladró de las que la Carroza siglo XVIII y Don Quijote pasarán a formar parte de su colección permanente. Más tarde, Lladró exhibe una selección de sus piezas emblemáticas en el pabellón de Valencia en la Exposición Universal de Sevilla, así como en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo.

Durante esta década, Lladró prosigue su expansión en algunas de las ciudades más importantes del mundo.

Uno de los hechos más importantes de esta etapa se produce cuando, tras cincuenta años al frente de la empresa, los tres hermanos fundadores deciden ceder su testigo a la segunda generación Lladró, que entra en 2003 en el nuevo Consejo de Administración.

 

La primera mitad de esta década está marcada por la apuesta de Lladró por una línea estética innovadora, que convive con sus clásicos.


Así surgen colecciones como Aura, Movement o Humanitas. La marca lanza también piezas que combinan la belleza con la funcionalidad, en las que la porcelana da lugar a objetos que impregnan de significados personales el día a día. Es el caso de La mesa del Emperador o uno de sus lanzamientos más recientes, Lladró Bath.

 

Asimismo, Lladró promueve en 2005 el proyecto Re-Cyclos, en el cual importantes diseñadores crean nuevos objetos a partir de piezas clásicas de la marca. En su primera edición el equipo creativo CuldeSac elaboró originales coronas y geodas a partir de ornamentos navideños mientras que Bodo Sperlein creó complementos de joyería y decoración en Lladró Re-Cyclos Magical. Por otra parte, desde 2006 la empresa ha contado con la colaboración del reconocido diseñador Jaime Hayón, actualmente Asesor Artístico de la marca.

 

También en 2005, la empresa anuncia el patrocinio del China Team, el primer equipo de vela chino que participa en la America´s Cup, un evento cuya 32ª edición tiene lugar en la ciudad de Valencia.

Por otra parte, en 2006 Lladró adquiere el 100% del capital y el control de la firma de joyería de lujo Carrera y Carrera, en cuyo accionariado ya había entrado en 2001.

 

 

Fuente: Lladró Comercial, S.A.